¿Vivir en pisos bajos o altos?

24-11-2018 | Los primeros pisos de los edificios o unidades residenciales brindan más fácil acceso, pero los últimos tienen más privacidad y se valorizan más. Conozca las ventajas de unos y otros.

¿Qué tan importante es saber escoger el piso del edificio en el que se quiere residir?

A simple vista esto es algo que pareciera no tener mucha relevancia, pero la realidad es que sí la tiene, puesto que incide en la calidad de vida, la seguridad, la tranquilidad, la comodidad, la valorización del inmueble y los gastos, entre otros factores.

Pero ante todo, elegir vivir en un primero o último piso depende de la preferencia del residente, pues cada uno tiene características específicas. De hecho, la arquitecta Adriana Garrido, dice que “aunque son bastantes distintos, ambos tienen ventajas y desventajas”.

 

Lo bueno de los primeros pisos


Para empezar hay que tener en cuenta que los apartamentos ubicados en los tres primeros pisos son más económicos que los de los altos, lo cual puede ser una ventaja a la hora de comprar. Sin embargo, tal como lo aclara Harold Vergara, gerente general de Cefas Inmobiliaria, “a diferencia de unos años atrás, cuando los primeros pisos tenían el coeficiente más alto de valorización, ahora con los cambios en la normativa de construcción, estos parámetros se empezaron a incrementar para los pisos altos, reduciendo los de los bajos”, explica.

Adicionalmente, algunos cuentan con áreas exclusivas, como patios o jardines, que los hacen más atractivos para el comprador”, afirma la arquitecta Adriana Garrido.

Esto sin contar que ofrecen mayor comodidad, al ahorrarse el paso por las escaleras o el ascensor y tener mayor cercanía a las zonas comunes y los parqueaderos.

Incluso, suponen una gran ventaja para las personas con movilidad limitada, como los discapacitados, las personas con lesiones en las extremidades inferiores y los adultos mayores.

Por otro lado, hay que considerar la seguridad que brindan. Según el arquitecto Julián  Gutiérrez Chacón, los primeros pisos les permiten a los ocupantes una rápida evacuación en caso de una emergencia, como un incendio o un terremoto.

Igualmente, son preferidos por las familias con niños, al reducir el riesgo de posibles accidentes en las escaleras, los balcones o las ventanas.

 

Desventajas:

La otra cara de la moneda de los pisos bajos está en la sensación de inseguridad e incertidumbre que generan en sus residentes por estar más a la vista de vecinos, tal como lo plantea el arquitecto Gutiérrez, pues al abrir las ventanas, por ejemplo, los demás pueden observar fácilmente algunas zonas del apartamento.

Por esta misma razón de accesibilidad a las puertas y ventanas son más vulnerables a los robos, es por esto que los expertos recomiendan reforzar la seguridad con la instalación de rejas.

Otro factor en su contra es el ruido. Mayra Alejandra Sánchez, administradora de propiedad horizontal, explica que en los primeros pisos se escuchan todos los ruidos de la unidad residencial, especialmente los generados en las zonas comunes y los parqueaderos.

Además, “cuando se realizan fumigaciones, pueden entrar al apartamento algunos insectos como cucarachas”, anota Sánchez.

También tienen en su contra el riesgo que tienen de inundarse durante las temporadas de lluvia.

Qué pasa con los últimos


Una de las grandes ventajas de los apartamentos ubicados en los últimos pisos es que cuentan con una mayor valorización y ofrecen la mejor vista del paisaje, tal como lo refiere la arquitecta Garrido.

Adicionalmente, las diferentes áreas del apartamento, por lo general, son más frescas porque reciben “mayor ventilación e iluminación natural”, anota el profesional Gutiérrez.

Además, tienen el gran beneficio de estar alejados de los ruidos externos, generados en la calle, las zonas comunes y los parqueaderos. Se libran incluso de las pisadas de las personas en los pisos superiores y el paso constante de mascotas, vecinos y visitantes, que a veces no dejan descansar a los habitantes.

Ofrecen además el beneficio de estar menos expuestos a los robos, de hecho, sus propietarios se ahorran el gasto de tener que poner rejas para protegerse.

 

Desventajas:


De otro lado, hay que mencionar que ante un sismo, en estos apartamentos es donde más se siente el movimiento. De acuerdo con la arquitecta Garrido, “el último piso en un temblor oscila mucho más que en otros”, lo que expone a sufrir agrietamientos con más facilidad. Además, toma más tiempo la evacuación en caso de emergencia.

Por otro lado, cuando el ascensor deja de funcionar porque está en mantenimiento o se produce un corto en el fluido eléctrico, obliga a las habitantes a subir y bajar las escaleras, lo cual limita el acceso de ciertas personas y causa mayores incomodidades.

Igualmente, Mayra Sánchez, administradora de propiedad horizontal, comenta que es recurrente que “los techos de la torre se deterioren cuando hay problemas de filtración, por lo que si se vive en el último piso se les debe hacer mantenimiento constante”.

Asimismo, el profesional Gutiérrez agrega que el “último piso puede ser vulnerable a goteras o incremento térmico por mal manejo de la cubierta”.

 

 

 

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