Una opción de vivienda en el campo
Ubicadas en las afueras de la Sucursal del Cielo, las casas de campo se consolidan como una opción para aquellos compradores que buscan vivir en un ambiente natural y tranquilo, alejado del bullicio de la ciudad, o que sueñan con un espacio para vacacionar o pasar el fin de semana en familia o con los amigos.
Así lo confirma Jairo de la Cruz, arquitecto y docente de la Universidad del Valle, al comentar que durante la pandemia se incrementó el interés por estas edificaciones, localizadas en zonas rurales del departamento, en especial las cercanas a Cali, como La Leonera, Pichindé, El Saladito, La Elvira y Felidia.
“Durante el confinamiento se volvió muy común que este tipo de construcción se convirtiera en la residencia principal, puesto que el entorno ayudaba a hacer más ameno el encierro”, comenta.
Pero para poder hablar de estas viviendas deben tener ciertas características. “No podemos trasladar una casa de la ciudad al campo. Por eso, deben ser pensadas para aprovechar todas las bondades de la naturaleza”, agrega.
Para empezar, deben contar con materiales poco procesados, como la piedra, la madera o el ladrillo a la vista para las paredes y estructuras, de esta forma, la vivienda adopta un estilo rústico que se mimetiza con el entorno.
Para los techos, por ejemplo, hay que considerar que en el campo se está más expuesto a los cambios climáticos. Por lo tanto, resulta necesario utilizar materias primas resistentes que garanticen la protección ante las lluvias y la radiación solar. “La altura ideal de las cubiertas es 4 m y 2,5 m en la parte más baja. Esto nos va a dar sensación de amplitud y a generar varias entradas de luz”, expresa el profesional.
Por otro lado, resulta clave el concepto abierto, es decir, que la sala, el comedor y la cocina tengan una conexión directa. Así, todas las personas podrán compartir el mismo paisaje.
En cuanto a los espacios privados, como los baños, el arquitecto advierte que lo ideal es que brinden una experiencia única. “Si esa zona de la propiedad garantiza privacidad, se puede pensar en un diseño semiabierto, con la ducha inmersa en la naturaleza y en una teja transparente que permita el paso de la luz natural y proteja de la lluvia”, anota.