PAREJA INMOBILIARIA
Compatir una vivienda es una tendencia inmobiliaria muy empleada por personas que viven en una ciudad lejos de sus familiares, como universitarios y ejecutivos, o entre los jóvenes que se quieren independizar del núcleo paternal.
Según datos de una encuesta sobre las familias colombianas del Centro Nacional de Consultoría, el promedio de edad en que los hijos abandonan el hogar paterno es entre los 23 y 24 años, aunque la edad aumenta en estratos altos.
En Colombia, especialmente en Bogotá, tener un compañero de casa se ha popularizado gracias a sus ventajas económicas, y prueba de ello son la variedad de páginas web que prestan servicios de conexión entre personas interesadas.
Sin embargo, convivir no es fácil y por ello la elección debe hacerse cuidadosamente, debido a aspectos como seguridad, convivencia y privacidad.
Hay quienes cuentan con una propiedad y quieren tener un ‘inquilino’ y están las personas que quieren compartir un inmueble alquilado. “Esta búsqueda es similar a la de una pareja, por lo tanto, ambas personas deben hacerse un análisis sobre su personalidad, qué esperan de otra persona y cuál es su límite”, recomienda el consejero matrimonial Gerardo Gutiérrez.
Si quiere ver la oferta de apartaestudios en Cali, visite nuestra sección FincaraizEP de Clasificados El País.
En la primera entrevista, que se aconseja hacerse en lugar público, es importante preguntar desde cosas muy básicas como sus hábitos alimenticios y de limpieza hasta su formación y empleo.
Desde un principio se debe hablar sobre la repartición de gastos, la asignación del espacio y tareas, las responsabilidades, y los derechos, horarios de visita y los límites.
Se debe definir si todos aportarán la misma cantidad. De esto dependerá la repartición de espacios y actividades. Por ejemplo, si sólo una persona tiene carro, quizá deba pagar un porcentaje mayor para tener derecho al lugar de estacionamiento.
Es aconsejable firmar un contrato, hecho con la ayuda de un abogado, para tener un respaldo y compromiso legal. Marcela González Jiménez, abogada especializada en bienes inmuebles, recomienda dejar establecido en el contrato las reglas de convivencia, en el cual “se especifique si se aceptan las visitas en el lugar, y por cuánto tiempo, si pueden quedarse a dormir y si esto tendría algún costo adicional”.