Los edificios asociativos se imponen
Es un modelo de economía solidaria, que permite que varias personas se unan para comprar un predio y edificar apartamentos, de acuerdo con sus gustos y necesidades. Así define el arquitecto y magíster en Restauración de Patrimonio, Diego Guzmán, a los Edificios Asociativos, una tendencia que desde hace dos años toma fuerza en la capital vallecaucana.
Según él, en estos proyectos se puede generar un ahorro cercano al 30% en el valor de compra, en comparación con el ofertado en el mercado, al no manejar intermediarios ni comisiones de venta.
Actualmente, existen varios de estos proyectos que constituyen un gran atractivo para los inversionistas.
Por ejemplo, está el Siete Esquinas, ubicado en una zona central y estratégica de Cali, al lado de los barrios Cristales y San Fernando, cerca de la Avenida Circunvalar y la Calle Quinta. Allí hay disponibles apartamentos desde $133 millones,con un estilo sencillo, pero muy cómodos.
También está en ejecución el edifico San Fernando, compuesto por 8 pisos y 12 apartamentos de 3 tipos, que se ajustan a diversos estilos de vida, todos con parqueadero.
La obra está concebida con materiales y acabados a la vista, de fácil mantenimiento. Cuenta además con un sistema automatizado para accesos peatonales y vehiculares con control remoto, videocitófono y cámaras de vigilancia, lo que reduce costos en la administración del edificio.
Un tercer proyecto se ubica en La Flora y consta de 48 apartamentos, cada uno con terraza, los cuales se construyen de manera escalonada y, si se prefiere, se pueden unir dos o tres para crear una sola unidad de mayor área.
Estos proyectos arquitectónicos, populares en Colombia en la década de los 90, son una realidad en países como Uruguay y algunos de Europa, donde se brinda apoyo financiero para su desarrollo.
Sin embargo, en Colombia los interesados en invertir en un edifico asociativo no disponen de apoyo económico de parte de entidades bancarias ni de la administración pública, razón por la cual es necesario que dispongan del capital de manera autónoma.
Álvaro Avendaño, docente de la Universidad de San Buenaventura Cali y arquitecto de Aplg Estudio - Arquitectura para la Gente, empresa caleña encargada de promover estos proyectos, comenta que en cuanto a la forma de pago “a diferencia de un proyecto convencional, nosotros no pedimos cuota inicial del 30%, sino que, a medida que avanza la construcción, las personas realizan sus aportes, los cuales pueden ser diferentes en cada mes; pero solo lo hacen cuando el proyecto arranca, es decir, cuando ya tenemos el lote en el que se puede construir”.
Quien decida participar en un proyecto asociativo entra a formar parte de la escritura del lote en el cual se construirá, así mismo, ayuda a pagar los diseños, la compra de materiales y demás gastos que se presenten. Los dineros se manejan a través de fiducia.
