Inmuebles de remate

26-09-2013 | Las propiedades vendidas en subasta pública generalmente tienen procesos jurídicos. Asesórese antes de adquirirlos

Antes de adquirir un inmueble en subasta pública o remate, tenga en cuenta las ventajas y desventajas de estas transacciones que se han vuelto cada vez más comunes.

 

Para acceder a una de estas gangas que parecen tentadoras ante los ojos de cualquier comprador de vivienda, conozca con anterioridad los diferentes antecedentes de las propiedades o busque asesoría de las inmobiliarias, ellas tienen un conocimiento previo sobre este tipo de ventas.

 

La abogada Jimena Giraldo Valencia, coordinadora del departamento jurídico de la Lonja de Propiedad Raíz de Cali y Valle del Cauca, resaltó que antes de acceder a buscar una propiedad en remate, conozca qué es y cómo funciona.

 

“Se considera en remate una propiedad cuando por el incumplimiento en el pago de las obligaciones del propietario se ha iniciado un proceso de ejecución ante una autoridad y ésta ha ordenado el embargo o secuestro del mismo con la finalidad de garantizar el pago de la deuda. Si el deudor no cumple con el pago de sus obligaciones, se ordenará la venta pública”, agregó.

 

La subasta se anuncia al público cuando el juez ha decidido la fecha y hora de la venta y se publicará en un periódico o emisora local con uno o varios días de anterioridad. El aviso deberá contener: La fecha y hora en que ha de principiar la licitación.

 

Por su parte, el abogado Victo Hugo Vallejo, recomienda comprobar que el inmueble exista realmente, “verificando físicamente el mismo, que el remate cumpla con todas las exigencias procedimentales y que se adjudicación se haga con la precisión que demanda el traspaso de dominio, o sea el cambio de propiedad”.

 

Igualmente, el abogado Camilo Delgado Ramos, afirmó que las fuentes de una subasta deben ser 100% confiables, y recomienda asegúrese de que el aviso esté en un lugar confiable y seguro.

 

Los expertos también resaltaron la importancia de buscar ayuda jurídica a través de inmobiliarias o un abogado que revise los procesos jurídicos que lleva el inmueble para no ser sorprendido con deudas que conviertan en un mal negocio el remate.

 

Pasos para competir en una subasta pública.

 

Una vez se tenga conocimiento de las fechas programadas para la realización de la subasta, tenga en cuenta que los interesados, deben presentar “su propuesta con el valor que ofrecen en un sobre cerrado y deben haber consignado, a órdenes del Juzgado el 40% del avalúo”, indicó Giraldo. El término de la diligencia es de una hora, vencido el cual se abren los sobres y se adjudica al mejor postor.

 

Así, el rematante deberá consignar dentro de los tres días siguientes a la diligencia, el saldo del precio, descontada la suma que depositó para hacer postura.

 

El valor del bien, cuando es rematado, se destina a pagar a esos acreedores y, si llegare a quedar un saldo, se le entrega al deudor. Adicionalmente, pueden existir otras deudas como de administración, servicios públicos, impuestos, etc.

 

"El pago del impuesto predial es cubierto con los recursos del remate, pero tenga en cuenta las deudas de administración y servicio que tiene el inmueble, ya que de ello se hará cargo el rematante”, explicó Delgado.

 

El único riesgo que existe frente a la adquisición de un bien por medio de esta figura jurídica “es que éste se encuentre en estado de abandono, desde que el propietario fue despojado de la posesión”, agregó Giraldo.

 

Tenga en cuenta

 

El proceso de subasta tiene tres momentos o posturas donde se considera el valor inicial de oferta del inmueble. En la primera postura se fija en el 70%, la segunda en el 50% y la tercera en el 40%. Recuerde que aquellos inmuebles que pasan a la tercera o incluso a la segunda etapa podría indicar que el inmueble carece de atractivo comercial o incluso problemas de otro tipo.

 

Conozca de antemano las deudas del inmueble y tenga en cuenta que el pago de estos gastos pueden ascender a cifras por fuera de su presupuesto. Analice sus opciones de compra para que el dinero que ahorró en el remate no sea gastado en otras deudas innecesarias.

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