Construcción sostenible de origen caleño
Fabricar una vivienda que garantice comodidad y economía se convierte en una prioridad, más aún cuando en su creación es posible acudir a elementos amigables con el medio ambiente. Así lo considera Mario Orduz, arquitecto de Home Cell, empresa caleña dedicada a la fabricación de bloques de polímero y residuos naturales como la cáscara de arroz y la cascarilla de café, que, tras un proceso de transformación desarrollado en la capital vallecaucana, permite su uso en la construcción de edificaciones hasta de cinco pisos.
“Los bloques ecológicos que utilizamos para la construcción tienen como inspiración la arquitectura monolítica, la cual permite encajar con presión los bloques -tipo lego- sin que sea necesario el uso de mortero de cemento para hacer la pega del ladrillo y construir las paredes, de esta forma es posible garantizar la reducción en el uso de agua hasta en un 90%”, explica Orduz.
Sin embargo, hay un desafío cultural importante porque a pesar de que este tipo de construcciones ofrecen hasta un 30 % de ahorro en los costos de edificación, existen temores heredados que llevan a que las personas duden de estas nuevas tecnologías que apuestan por procesos sostenibles. “Aun así, tenemos confianza en que más personas verán en este sistema una alternativa que permite contrarrestar los altos índices de déficit habitacional y utilicen los bloques ecológicos para hacer hogares dignos, agradables, económicos y funcionales”, exalta el profesional.
CARACTERÍSTICAS
Los bloques tienen como materia prima los recortes de polipropileno industrial, no posconsumo, es decir, sin utilizar, obtenidos de empresas vallecaucanas que en promedio generan 40 toneladas de plástico al mes, material que deja de llegar al medio ambiente y al ser transformado en insumos de construcción, permiten hacer viviendas sismo resistentes.
Cada bloque pesa 350 gramos permitiendo que la estructura sea más liviana y que el tamaño de las columnas se reduzca porque la carga que van a soportar por metro cuadrado es menor. De esta forma, según Home Cell, cada bloque resiste aproximadamente 7 toneladas de peso a la compresión sin que se fracture, lo que les permite ser utilizados tanto en interiores como en exteriores.
Los bloques además de ser resistentes al agua, al viento y a los insectos, son también resistentes al fuego. “Los bloques de Home Cell cuentan con retardante de llamas, porque al retirarse la fuente de ignición estos tienen la capacidad de auto extinguirse”, explica Orduz.
Sumado a lo anterior, los bloques hechos en polipropileno permiten cambiar el estigma que tienen los plásticos dado el tiempo que estos tardan en degradarse, “convertimos la longevidad natural de ellos en una ventaja traducida en la duración de nuestras viviendas. Asimismo, estos bloques ecológicos pueden ser nuevamente molidos y procesados (bajo nuestra tecnología) para hacer nuevos hogares”, concluye Orduz.
DATO CLAVE
- Los bloques se pueden estucar, enchapar, resinar, aplicar estuco veneciano, Graniplast, efectos de envejecidos al óleo y todos los acabados de obra blanca convencionales que desee el propietario de la vivienda, con la particularidad de que la superficie es plana y no necesita repellar ni aplicar rellenos, por eso el consumo llega a ser hasta del 50% menos de materiales para acabados.
- Las casas construidas con bloques ecológicos son termo acústicas, gracias a la geometría hueca de los bloques que evitan que ondas de sonido o de calor se propaguen fácilmente, esto se traduce en mayor confort.