Aplique el Montessori en casa

15-06-2019 | Claves para que los espacios del hogar sean ideales para fomentar la autonomía y favorecer el movimiento libre de sus hijos.

Tanto la habitación de los niños como los demás espacios del hogar juegan un papel vital  en cada etapa de su crecimiento y desarrollo. Por ello, es una buena idea adaptar los espacios  para facilitarles el aprendizaje de habilidades que les ayudarán a lograr independencia.

Justamente, de eso se trata el Método Montessori, que tiene como objetivo proporcionarles espacios en los que puedan elegir, actuar, pensar y expresarse.

¿Pero, en qué consiste el método Montessori?

El método Montessori es una pedagogía educativa, pues ayuda a desarrollar niños autónomos, independientes, responsables, capaces de pensar por sí mismos, libres y felices. Su objetivo es permitir que cada niño pueda convertirse en la mejor persona que puede ser. 

Así lo explica Cristina Tébar, autora de Montessori en Casa, un libro que plantea las bases de esta pedagogía y da claves para aplicarla.

 

¿Cómo implementarlo en el hogar?

Es recomendable, por ejemplo, que los padres preparen cada ambiente, teniendo en cuenta las necesidades de sus hijos y permitiéndoles ser autónomos, participar en la cocina y la limpieza, responsabilizarse de sus cosas y realizar las actividades a su  ritmo. Christian Prieto, arquitecto de Spatium Arquitectura brinda aquí algunas  ideas para aplicarlo en casa.

 

En la habitación 

Lo más importante es que todo esté a la vista y al alcance del menor. Un buen punto de partida es  su habitación, en la que lo ideal es reservar un lugar para cada cosa para que prime el orden.  

Las estanterías deberían estar a la altura del niño con cestas y  contenedores para que la selección de juguetes sea limitada y puedan organizarse fácil luego de realizar las actividades. 

En Montessori no se usa cuna. Además, la cama debe estar a la altura de cada niño para que pueda subirse y bajarse de ella sin problema.  También se pueden usar colchonetas en el cuarto o la sala de juegos.

 

En la cocina 

Una alternativa es colocar una mesa pequeña para que el niño pueda trabajar en la elaboración de alimentos y en tareas como lavar las  verduras o cortarlas, pero con cuchillos de juguete. Igualmente, esta mesa puede hacer las veces de  mini comedor, con  sillas de su tamaño, donde también podrá   hacer las tareas. 

También se puede optar por una torre de aprendizaje, que es como una especie de escalón alto con sujeción en la parte de arriba para que sea seguro y que le permite al niño alcanzar el mesón e intervenir en las labores culinarias como  sazonar o amasar. 

 

Otros espacios 

En la sala puede haber un mueble, ojalá con bordes redondeados y cajones en donde el niño pueda guardar  juguetes.

Si se come en el comedor familiar, se puede incluir una silla alta para que el niño pueda comer en la mesa y subir y bajar de ella sin ayuda. 

En el baño la idea es que el niño pueda lavarse solo las manos, la cara y los dientes, lo cual se puede facilitar con elementos como escaleras o butacos.

Una zona verde es vital. En caso de no tener jardín convendría tener unas plantas para que el niño las cuide. De hecho, limpiar una planta con un trapito o un algodón es una preparación indirecta para la escritura.

 

Sea cuidadoso

No deje visibles posibles peligros que pueda encontrar el niño a su paso, como enchufes o cajones con medicamentos o productos de limpieza.

Quite cualquier obstáculo que dificulte la independencia del niño en cuanto al  acceso a sus juguetes, a su ropa, a los interruptores de la luz, al lavamanos, a sus platos y cubiertos.

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